Jornada OESD-INCIPE: La Mujer en las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil


Madrid 24 de abril de 2007


La convocatoria inaugurada y clausurada respectivamente por la secretaria de Estado y la subsecretaria de Defensa, Soledad López y María Victoria San José— constituye una iniciativa más avalada por el Ministerio de Defensa para dar a conocer a la sociedad española «la presencia y participación de la mujer en estos ámbitos y comprobar su alto grado de profesionalidad, eficacia, compromiso y entrega», en palabras de Soledad López.

Entre 2015 y 2017 podremos ver una general de brigada en las Fuerzas Armadas españolas». Con estas cautelas, lo afirmó Begoña Aramendia Rodríguez de Austria, comandante auditor del Cuerpo Jurídico Militar perteneciente a la Fiscalía Togada durante el desarrollo de la jornada La Mujer en las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil que tuvo lugar el pasado 24 de abril en Madrid. Para ello, añadió, han de Cumplirse, como en el caso de los aspirantes varones, «los tiempos de destino, la aprobación de la Junta de Evaluación y el nombramiento del Consejo de Ministros». La auditora respondía de esta forma a la pregunta que le había formulado Luis Solana, presidente del Observatorio Europeo de Seguridad y Defensa (OESD), institución organizadora del encuentro junto al Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE).

Junto a la comandante Begoña Aramendia y a las altos cargos del Ministerio—entre las que se encontraba también la directora general de Relaciones Institucionales Celia Abenza—, otras seis miembros de la Escala Superior de Oficiales (tres capitanes, una teniente de navío y una teniente) aportaron su experiencia en una profesión que tradicionalmente ha estado reservada a los hombres. El general Bautista García Sánchez, jefe de la Brigada de La Legión expresó, por su parte, su punto de vista desde la perspectiva del ejercicio del mando sobre ese 12 por 100 femenino que integran en la actualidad nuestras Fuerzas Armadas, uno de los índices más altos en los Ejércitos de Europa. En la jornada también intervino Belén Vaballud, vocal asesora de la Subsecretaría de Defensa, quien analizó la aplicación del criterio de género de la alianza Atlántica, especialmente en el ámbito del Comité de Mujeres de las Fuerzas Armadas de la Alianza.

Igualdad de sexos

La integración de la mujer en los Ejércitos y en la Guardia Civil constituye «un hito muy importante para la efectividad de la igualdad constitucional de oportunidades en nuestro país», aseguró Soledad López en su primera intervención pública como secretaria de Estado de Defensa. La presencia femenina en el ámbito castrense «enriquece a las instituciones —subrayó— las acerca a la sociedad a la que sirven, cohesiona las unidades y da sentido y contenido a la profesionalización y modernización del Ejército del siglo XXI». Además, «están participando en la consecución de las misiones, aportando su experiencia, su esfuerzo y asumiendo los riesgos inherentes a esta profesión». Si bien la igualdad formal para las mujeres está asegurada en el seno de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, «la igualdad material y efectiva —dijo Soledad López— es un objetivo presente para cuya consecución se ha articulado un conjunto de medidas normativas y de actuaciones concretas».

«El desarrollo de todas estas iniciativas es un objetivo prioritario para el Ministerio de Defensa», dijo la subsecretaria de Defensa, María Victoria San José, durante su intervención en el acto de clausura. Era también su primera comparecencia pública tras su nombramiento el 23 de abril. No fue la única coincidencia que manifestó con la secretaria de Estado, su antecesora en el cargo. María Victoria San José destacó de nuevo la importancia de la aprobación, el pasado 22 de marzo, de la Ley Orgánica de Igualdad de Sexos, de aplicación normativa sobre la que regula la carrera profesional en las Fuerzas Armadas.

La comandante auditor Begoña Aramendia intervino con posterioridad a Soledad López para hablar de la incorporación y evolución de la mujer en las Fuerzas Armadas. Casi dos décadas de historia resumidas en media hora de intervención. Cifras globales y parciales por Ejércitos, destinos y empleos, medidas de apoyo a la permanencia, comparativas con el resto de Europa… Al final una conclusión: «El modelo es progresista», afirmó esta integrante de la primera promoción de mujeres del Cuerpo Jurídico Militar, miembro del Observatorio de la Mujer y oficial con una amplia experiencia en misiones internacionales como las de Bosnia-Herzegovina, Kosovo y Afganistán. A diferencia de otros países, en España no hay cupos de incorporación para las mujeres, tampoco existen Cuerpos específicamente femeninos, pueden ocupar cualquier destino, incluidos los de combate, y la progresión en la carrera militar es idéntica a la de los hombres. «La presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas es una realidad consolidada», señaló la comandante
Aramendia.

El ejemplo ilustrativo de todas estas consideraciones son las cinco oficiales del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejercito del Aire, la Guardia Civil y de los Cuerpos Comunes, que, vestidas de uniforme intervinieron en esta jornada como portavoces eventuales de las 15.046 mujeres que en la actualidad cumplen con su vocación castrense. Raquel Orte, María Victoria Álvarez, Esther Iniesta, María Soledad Gómez y María Dolores Muñoz desgranaron sus ilusiones militares desde la preparación para el ingreso en las academias o escuelas, los cinco años de formación y sus posteriores destinos.

La capitán Raquel Orte está destinada en la sección de Comunicaciones y Sistemas de Información del Cuartel General de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, en Colmenar Viejo (Madrid). «Mi preferencia profesional —dijo— es la Guerra Electrónica». Su vocación militar y profesional se resumen en una idea muy simple pero, a la vez, cargada de contenido: «El corazón guía los destinos de teniente y la cabeza los de capitán porque éste es un empleo en el que se permanece durante muchos años».

María Victoria Álvarez es teniente de navío desde 2001 y su destino oficial es la fragata Reina Sofía como responsable de Sistemas de Mando y Control, Comunicaciones y de la red informática. Representa un claro ejemplo de las medidas puestas en marcha para conciliar la vida laboral y familiar de los miembros de las FAS. Está embarazada de siete meses —espera su tercer hijo— y, en consecuencia, ocupa temporalmente un destino en tierra —la 41 Escuadrilla de Escoltas en la base naval de Rota (Cádiz)—, más acorde con su estado actual. Tras la maternidad y el plazo de baja legal, se reincorporará a su destino a bordo.

Para la capitán del Ejército del Aire Esther Iniesta, las mujeres militares desean compatibilizar su carrera profesional con la ilusión de formar una familia. «Permaneceremos en las Fuerzas Armadas en la medida que podamos alcanzar ambas aspiraciones». Es comandante de vuelo de un Canadair, los aviones apagafuegos, en el 43 Grupo de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid). Ella representa la capacidad de la mujer para desempeñar con eficacia cualquier destino, incluidos los de riesgo. «Nuestros vuelos son de larga duración, especialmente a baja cota, los más arriesgados». Está encantada de su trabajo que compatibiliza con su compromiso en el Comité de Mujeres de las Fuerzas Armadas de la OTAN, organismo que vigila e incentiva las medidas de igualdad de género entre los militares de la Alianza Atlántica. «La vida laboral puede conciliarse con la profesional», asegura la capitán de la Guardia Civil María Soledad Gómez. Recientemente ha cumplido siete años de servicio durante los cuales ha intentado «disfrutar al máximo». «Luego, con los ascensos, los destinos son más de despacho y viajas menos». En la actualidad es jefe de la sección de Inteligencia en los Servicios de Asuntos Internos de la Dirección General del Instituto Armado, en Madrid. Trabajo y familia son conceptos compatibles.

Profesión y vocación

La teniente María Dolores Muñoz, del Cuerpo de Sanidad, ha cumplido un doble sueño. Es licenciada en Medicina y ejerce su profesión como miembro de las Escala Superior de Oficiales en la jefatura de Servicios Médicos de la BRILAT Galicia VII con base en Figueirido (Pontevedra). La teniente Muñoz participó en 2004 en la misión de apoyo al proceso electoral y de ayuda humanitaria en Afganistán. Dos años después, regresó al mismo país. Allí sufrió la pérdida de la soldado Idoia Rodríguez, conductora del vehículo ambulancia en el que ambas viajaban cuando estalló una mina a su paso. En la actualidad, existe un esfuerzo cada vez mayor por incluir a las mujeres en las unidades de maniobra, especialmente si despliegan en países árabes. La experiencia de Afganistán y la más reciente en el Líbano demuestran esta necesidad creciente ya que en estos países, el acercamiento a la mujer musulmana está vetado a los hombres. Es la opinión del general de brigada Juan Bautista García Sánchez, quien ha ostentado el mando de contingentes militares en ambos países. «La mujer —afirma— es una parte imprescindible de las plantillas de las unidades más operativas, como La Legión, aunque resulte muy difícil para ellas conciliar la vida laboral y profesional». Por eso admira a aquellas que sirven en sus filas y de las que también destaca su valor.

J. L. Expósito
Revista Española de Defensa, Año 20, Número 229, Abril de 2007

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