Geopolitización de la transición energética: ganadores y perdedores


El 11 de junio de 2024, INCIPE celebró el evento virtual titulado Geopolitización de la transición energética: ganadores y perdedores, con la participación de Iván Martén, actual presidente de Orkestra, Instituto Vasco de competitividad. Esta sesión fue presentada por el secretario general del INCIPE, Ricardo Díez-Hochleitner. Tras la intervención del ponente, se inició una ronda de preguntas moderada por el director general del INCIPE, Vicente Garrido.

Iván Martén inició su intervención resaltando la importancia de la transición energética que estamos viviendo en la actualidad, y cómo esta transformación está delineando a los ganadores y perdedores. “El bienestar de un país depende de lograr dos cosas: una competitividad sostenible basada en un desarrollo responsable e inclusivo de nuestros recursos, y una sostenibilidad efectiva que permita cumplir los objetivos medioambientales”, afirmó Iván Martén. El cambio climático es una realidad que requiere soluciones globales. Europa es responsable del 33% de las emisiones mundiales.

“Los países en vías de desarrollo son los principales afectados por las consecuencias del cambio climático”, destacó Iván Martén. Este fenómeno es la base de muchos de los problemas de migraciones que se están produciendo debido al cambio climático. Esta situación se agrava considerablemente con el crecimiento demográfico a escala global, lo que incrementa las emisiones que cada año siguen aumentando un 1,5%, en lugar de la reducción del 7% que se esperaba. Todo esto exige soluciones y acciones contundentes de manera urgente, que sean realistas, eficaces y que consideren las consecuencias que presenta la transición energética en la economía y el bienestar de la población mundial. El reto al que estamos expuestos actualmente es descarbonizar al máximo la economía mundial con el menor coste social posible, según Martén.

La transición energética presenta importantes implicaciones geopolíticas. La primera de ellas es el cambio en las cadenas de valor, basadas en los minerales y materiales críticos necesarios para las tecnologías futuras. La segunda hace referencia a la ubicación de los centros de producción, que se están desplazando hacia lugares que ofrecen un menor coste energético o presentan menos requisitos medioambientales, lo que genera una exportación de emisiones. Además, esta transición ha modificado las relaciones comerciales, así como el trilema energético y la seguridad energética. Todo esto ha provocado cambios geopolíticos, con algunos países emergiendo como ganadores y otros como perdedores, además de generar nuevas alianzas.

Iván Martén resume esta transición energética como una transición del gas ruso a las materias primas chinas. China se lleva la medalla de oro en esta transición debido al control que ejerce en la nueva cadena de valor y de los materiales críticos necesarios para llevarla a cabo, además de su dominio en 29 áreas tecnológicas. China está desarrollando una transición industrial y energética muy pragmática con el fin de lograr un dominio industrial a la vez que contribuye al medio ambiente, afirmó Martén. Siguiendo con la medalla de plata, Estados Unidos está experimentando una situación de autosuficiencia, disfrutando de una energía mucho más barata. Por lo tanto, la transición que está viviendo el país norteamericano se basa en garantizar la seguridad de los suministros y proteger la industria.

Europa, se coloca como perdedora en esta transición energética, pasando de representar en el año 2010 el 22% del PIB de la economía mundial a tan solo el 17,5%, mientras que países como China o Estados Unidos han pasado del 9% al 17% y del 22% al 26% respectivamente, según señaló Martén, lo que conlleva a una pérdida de peso en la economía mundial por parte de Europa. Por otro lado, el continente se encuentra en una situación de gran dependencia de terceros países para más de 200 productos estratégicos, generando  la necesidad de aprovechar la transición energética con el fin de reindustrializar Europa creando así, empleo de calidad.

La transición energética en Europa se ha caracterizado por tres fases. La primera se basa en un compromiso muy fuerte pero idealista con el medio ambiente, debido a los objetivos tan ambiciosos que se han fijado. La segunda fase, dio comienzo en el año 2022 con la reacción a las políticas americanas, lanzando políticas europeas que abordaban temas similares a las estadounidenses, pero enfrentándose a la fragmentación europea. Por último, la tercera fase que estamos viviendo actualmente presenta la necesidad de reconsiderar algunas medidas europeas y lograr una mayor integración entre las políticas de carácter energético, industrial, tecnológico y medioambiental.

Iván Martén cerró su intervención con una reflexión en la que recalcó la necesidad de actuar de manera contundente en un entorno global en el cual los organismos multilaterales, como Naciones Unidas o la Agencia Internacional de Energía, no están contribuyendo de manera efectiva. Es imperativa la necesidad de un mayor diálogo entre los países desarrollados.

Tras la intervención de Iván Martén, se abrió un debate en el que los participantes plantearon preguntas sobre la escasez de suministros, la opinión pública, el cambio de pensamiento europeo, el impacto de las economías avanzadas, los minerales críticos, la geotermia, la energía nuclear y la política energética común

Palmira Reboto
INCIPE

 

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