La pugna entre el globalismo y el populismo en la era digital


El miércoles 6 de junio tuvo lugar un Desayuno de Trabajo organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE), con el título de La pugna entre el globalismo y el populismo en la era digital. El ponente principal fue Alexandre Muns, Profesor de Integración Económica y Comercio Internacional en OBS Business School así como profesor de EAE Business School y Consultor de entidades públicas y centros de estudios.

El populismo es un fenómeno actual que afecta a partidos de derechas y de izquierdas. En un mundo complicado con numerosos problemas y crecientes desigualdades, las recetas populistas están teniendo gran calado en la población. Están basados en eslóganes falsos donde los inmigrantes suelen ser uno de los colectivos más atacados. Dicha tendencia está alcanzando importantes cotas de poder en países como Estados Unidos, Brasil y recientemente en países de la UE como Hungría o Italia. En el caso de Estados Unidos, Donald Trump ha sabido canalizar la insatisfacción de la población blanca con menos estudios. En concreto, el 75% de los hombres blancos sin estudios universitarios votaron a Trump. La inmigración y el rechazo al multilateralismo le han servido como bandera en un mundo en el que la realidad es que un porcentaje sustancial de la población de países democráticos prefiere líderes duros. Se calcula en 17 billones de dólares la riqueza familiar que se perdió durante la crisis financiera y la gran recesión.

Podemos señalar cuatro grandes tendencias que sirven para vincular el populismo y la era digital en la que nos encontramos. En primer lugar, el avance del populismo puede responder a la incapacidad de los partidos políticos tradicionales de ofrecer soluciones coherentes ante problemas tales como el aumento de las desigualdades o el envejecimiento de la población. Por otro lado, la transformación del mercado laboral debido a la automatización, los robots y la inteligencia artificial está previsto que para 2022 genere 58 millones de puestos de trabajo nuevos, pero que destruya a su vez 75 millones de puestos de trabajo. La tercera tendencia geoeconómica responde al deseo de alcanzar los niveles de consumo de los ricos y famosos que las redes sociales permiten diseminar en poblaciones que han perdido valores tradicionales y donde retroceden las religiones moderadas. Las redes sociales permiten difundir la superficialidad del globalismo.

Por último, los gigantes tecnológicos han de ser regulados para evitar la difusión de material falso. La inteligencia artificial y el 5G constituirán grandes retos que deberemos afrontar en la era del globalismo. Es necesaria una reflexión en la sociedad a todos los niveles sobre el papel de la tecnología.

Fernando Arévalo
INCIPE

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