From Lisbon to Vladivostok: Problems of Integration in the Greater Europe


INCIPE celebró el pasado 27 de mayo un Desayuno de Trabajo bajo el título “From Lisbon to Vladivostok: Problems of Integration in the Greater Europe”. Para este encuentro se contó con la participación de D. Grigory Alekseevich Rapota, Secretario de Estado de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia desde el año 2011, el cual ha ejercido entre 2007 y 2011 como Enviado Presidencial para el Distrito Federal Sur y posteriormente para el Distrito Federal del Volga. Así mismo ha ejercido como Secretario General de la Comunidad Económica Euroasiática (EurAsEc) entre 2001 y 2007 y Vice Ministro de Comercio de Rusia entre 1999 y 2001.

Durante del colapso y desmembramiento de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas a inicio de la década del noventa, se da paso a nuevos actores estatales resultantes dentro del espacio Post-Soviético. Los nuevos estados pretenden continuar con sus lazos de interacción con la nueva Federación Rusa como entidad estatal geocéntrica preponderante, cuya cercanía se evidencia a través de mecanismo de interación como la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que permitió la disolución de la antigua Unión Soviética de forma civilizada y controlada. Desde su firma a finales de 1991 ha supervisado las relaciones de cooperación económica, política, defensa, seguridad y relaciones internacionales entre los diferentes estados participantes.

La Comunidad de Estados Independientes ha servido para afianzar de las relaciones de los estados miembros y ha permitido el desarrollo de iniciativas como la Comunidad Bielorrusia-Rusia creada en abril de 1996, la cual se definió como una alianza estratégica basada en la unión geográfica y los estrechos vínculos históricos y culturales entre los dos pueblos. El Estado de la Unión, posteriormente firmado en 1997, fortaleció las relaciones bilaterales a través de la creación de órganos ejecutivos como el Consejo Supremo y el Comité Ejecutivo de la Unión. Ambos organismos con el objetivo de proporcionar una mayor interrelación social política y económica. Pese a los avances, el proceso de unificación estatal es lento y continua en desarrollo, con incertidumbres y desencuentros pero con un objetivo claro: el establecimiento de un espacio económico único con un marco jurídico adecuado que permita el desarrollo económico sostenible, el bienestar del pueblo, el progreso de su sociedad, su cultura, la seguridad y la defensa de su territorio.

Muestra de ello es la participación de la Unión Estatal Bielorrusia-Rusia como uno solo actor del proyecto del mercado común Euroasiático desde sus inicios, con el establecimiento en el año 2000 de la Comunidad Económica Euroasiática (EurAsEc), hasta la firma del tratado en 2014 del acuerdo para la creación de la Unión Económica Euroasiática (EUU).

Sin embargo, el proceso se ha visto inmerso dentro de un complejo contexto político, que solamente a través del dialogo y el entendimiento entre estados se puede superar. Es necesario comprender que el espacio geopolítico de lo que antes fue la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas es un puente entre oriente y occidente. Por esto, la Unión Estatal Bielorrusia-Rusia, además de continuar su avance interno en integración política y económica, mantiene el desarrollo y perfeccionamiento de las relaciones con antiguos miembros de la URSS, pese a que los intentos pasados de creación de sistemas de integración con otros Estados no se han materializado. Al igual, la Unión Estatal ha mantenido abierto canales de dialogo y negociación con organismos internacionales, como es el caso de la OTAN en el ámbito de lucha antiterrorista. Sin embargo,estos flujos comunicativos con estados y organizaciones internacionales se han visto afectados por las sanciones económicas.

Por consiguiente, es necesario hacer un esfuerzo para el mantenimiento de los diálogos políticos y comerciales entre oriente-occidente a través de herramientas como la cooperación económica. En ese caso, cabe destacar la fluidez de las relaciones político-comerciales españolas con la Unión Estatal. España siempre ha contado con unas sólidas relaciones bilaterales con la Federación de Rusia.

El Desayuno de Trabajo contó con la presencia de representantes de diversos sectores entre ellos, cuerpo diplomático, militares, sector industrial, analistas internacionales y académicos, entre otros. Para finalizar el encuentro se dio paso a un turno de intervenciones entre los asistentes, donde se pusieron de relieve distintas perspectivas de gran interés sobre la situación actual y futura de la Unión Estatal y su implicación tanto para el ámbito español como para la comunidad internacional, en referencia a retos y oportunidades que este proceso presenta.

Julián Ibáñez
INCIPE

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