La Guerra en Sudán y su significado en la cadena de cambios geopolíticos entre el Atlántico y el mar Rojo
El 27 de junio de 2024, INCIPE celebró el evento virtual titulado La guerra en Sudán y su significado en la cadena de cambios geopolíticos entre el Atlántico y el mar Rojo, con la participación de Isidro González Afonso, actual Embajador de España en Sudán. La sesión fue presentada por el secretario general de INCIPE, Ricardo Díez-Hochleitner. Tras la intervención del ponente, se llevó a cabo una ronda de preguntas moderada por el director general del INCIPE, Vicente Garrido.
Isidro González comenzó su intervención subrayando que la Guerra en Sudán es la Gran Guerra olvidada, representando la mayor crisis humanitaria del mundo con más de diez millones de desplazados. «Esta guerra afecta a Europa y, por ende, a España,» afirmó el embajador. La guerra está teniendo un gran impacto económico, reduciendo a la mitad los ingresos que Egipto percibe por la utilización del canal de Suez, además de encarecer las importaciones que traen los barcos comerciales.
«La comunidad internacional cree que no puede haber ningún bando ganador,» afirmó González Afonso. Ninguno de los bandos reúne las características necesarias para proclamarse vencedor. «Estamos ante una situación que se asemeja mucho a la de Libia,» agregó el embajador. Sudán se encuentra dividido en dos partes: una controlada por la milicia y otra por el ejército. Las zonas controladas por la milicia incluyen las áreas productivas principales, entre ellas, gran parte de la capital del país, Jartum.
Según González Afonso, los intentos de tregua han fracasado. Estados Unidos y Arabia Saudí han intentado entablar negociaciones entre los beligerantes desde el estallido del conflicto, pero esto no ha sucedido, lo que demuestra cuán polarizadas están las partes. En 2019, la revolución sudanesa puso fin a la dictadura islamista de Omar al Bashir, dando inicio a un gobierno civil en coalición con los militares. Sin embargo, en octubre de 2021, el presidente y el vicepresidente dieron un golpe de estado conjunto, apartando del poder al gobierno civil, explicó el embajador.
Entre octubre de 2021 y el 15 de abril de 2023, la sociedad civil sudanesa protagonizó numerosos acontecimientos, manifestando su deseo de retomar el proceso de transición democrática, a pesar del alto costo de vida. La guerra en Sudán estalló justo cuando estaban a punto de culminar unas negociaciones en las que los militares iban a ceder el poder a los civiles, restaurando así la transición democrática. Esto hubiera permitido a Sudán ser el primer ejemplo exitoso de la llamada primavera árabe, según González Afonso.
Tras el estallido del conflicto en el país, no se respetó la Convención de Viena relativa a la protección de instalaciones diplomáticas y consulares. Desde el primer día de la guerra tanto las oficinas de las embajadas como las residencias de los embajadores, pasaron a ser objetivos. Sin embargo, el embajador Isidro González Afonso destaca la brillante labor que realizó el ejército español evacuando a personal diplomático español junto a otros ciudadanos europeos y latinoamericanos.
Los dos bandos enfrentados cuentan con apoyo internacional. El ejército recibe el respaldo de Egipto, Arabia Saudí y Qatar, mientras que las milicias de apoyo rápido tienen un fuerte apoyo de los Emiratos Árabes Unidos, según señalan muchos analistas internacionales. La entrada en escena de Irán y Rusia apoyando al ejército cambia completamente el panorama de la guerra. A cambio de su apoyo, Rusia tendría derecho a establecer una base logística en la costa del mar Rojo.
En términos de recursos naturales, Sudán es el tercer productor de oro de África, así como el granero de los países del Golfo. Para Europa, el hecho de que se trate de un país grande además de contar con una amplia costa en el mar Rojo por la que transita un tercio del comercio que llega a Europa es de vital importancia. Sin embargo, esta ruta se ha visto perjudicada a raíz del conflicto en Yemen con los Hutíes y que puede empeorar si la guerra sigue expandiéndose y llega hasta la zona oriental del país, es decir, hacia la costa del mar Rojo.
«La comunidad internacional hasta ahora no ha conseguido detener la guerra,» afirmó el embajador. Sin embargo, otros actores internacionales están jugando un papel relevante, como la Unión Africana, que está intentando formar un frente civil, y la ONU, que fue expulsada por el gobierno de Sudán dos meses después del comienzo del conflicto. Además, la Liga Árabe ha mantenido reuniones y realizado labores de coordinación. El embajador González Afonso destacó el papel de Egipto, que va a convocar una reunión con civiles sudaneses el 6 y 7 de julio. En esta reunión se espera la participación de la principal plataforma pro-democracia sudanesa, liderada por el ex-ministro civil. El objetivo de esta reunión, según el embajador, es presionar a los beligerantes para que pongan fin a la guerra.
La sociedad civil sudanesa logró derrocar al dictador Omar al Bashir, quien estuvo en el poder durante 25 años, subrayó el embajador. El panorama es preocupante; el hecho de que sea una guerra olvidada no le resta importancia. Lo que está ocurriendo en Sudán puede desestabilizar todo el Cuerno de África y crear tensiones en Gaza. El conflicto en Sudán está absorbiendo la atención de muchos países vecinos, lo que puede favorecer la llegada de grupos de ideología radical al país.
Tras la intervención de Isidro González Afonso, se abrió un debate en el que los participantes plantearon preguntas sobre la crisis humanitaria, la desestabilización regional, la evacuación de Jartum, las implicaciones económicas, las relaciones entre los contendientes y Rusia, los recursos naturales, el terrorismo, las ONG, las estrategias militares, la crisis alimentaria y la labor de la embajada española.