Conferencia Internacional La OTAN en su 70 aniversario: Viejos dilemas, nuevos retos a la seguridad


El pasado 22 de octubre, el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE) organizó el Seminario de La OTAN en su 70 aniversario: viejos dilemas, nuevos retos a la seguridad, cuya inauguración corrió a cargo de D. Vicente Garrido, Director de INCIPE y el Almirante D. Juan Francisco Martínez Núñez, Secretario General de Política de Defensa (SEGENPOL), del Ministerio de Defensa.

La Conferencia Inaugural corrió a cargo de Dña. Elena Gómez Castro, Directora General de Política de Defensa del Ministerio de Defensa (DIGENPOL) que, en su intervención, ilustró a cerca aportaciones de España a la OTAN y su papel como miembro de la alianza en un mundo global en el que el futuro más inmediato y no tan inmediato está marcado por la incertidumbre. Ante tales características, sólo se les puede hacer frente conjuntamente mediante los valores y el orden que establece el multilateralismo. Por ello, la OTAN se afianza como el mayor garante de esos valores a través de la seguridad y defensa colectivas. A raíz de la guerra de los Balcanes la OTAN comenzó a consolidarse como un actor esencial, más allá del marco de la ONU, y como parte esencial en el proceso de reconfiguracióndel orden internacional establecido que obliga a tomar un enfoque global. Por otro lado, la amenaza terrorista inauguraba el siglo XXI como el principal reto de seguridad y haciendo que la Alianza implementase acciones de defensa colectiva a través de operaciones como Active Endeavour en el Mediterráneo y posteriormente ISAF en Afganistán. Con la Cumbre de Lisboa en 2010, se establece un nuevo concepto estratégico, con una visión más flexible, ligera y, además, con una reestructuración de la estructura de mandos. Posteriorimente, 2014 fue un año clave en el que dos acontecimientos cambiaban totalmente la hoja de ruta de la Cumbre que se celebraría en Gales: la anexión ilegal de Crimea y la declaración del califato por parte de Daesh.

Con respecto a España como miembro de la Alianza hay que destacar el compromiso de nuestro país, siendo uno de los grandes contribuyentes, de manera permanente, en los tres ámbitos: aéreo, marítimo y terrestre. Por otra parte, cabe subrayar la trascendencia de la Unión Europa como un actor vital para la cooperación con la Alianza Atlántica, desarrollando un enfoque más completo como respuesta a los retos regionales y globales, sin olvidar los ejes centrales de la OTAN: la defensa colectiva, a seguridad cooperativa y la gestión de crisis.

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Primera Mesa Redonda: Papel de España en la Alianza Atlántica

El primer panel, bajo el nombre Papel de España en la Alianza Atlántica, estuvo moderado por D. Luis Solana, Vicepresidente de INCIPE y Presidente de Telefónica Open Future. La mesa redonda contó con la participación de D. Nicolás Pascual de la Parte, Diplomático y Ex Representante Permanente-Embajador de España ante la OTAN, GD D. Lucas Manuel Muñoz Bronchales, Jefe de la División de Estrategia del Estado Mayor Conjunto, Ministerio de Defensa y por último, D. Emilio Andreu, Periodista de Radio Nacional de España y Presidente de la Asociación de Periodistas de Defensa.

D. Nicolás Pascual de la Parte indentifica un escenario de multicrisis en el sistema internacional fruto de los cambios imprevisibles, estructurales y constantes que, incluso, implicarían un cambio de era. Nuestro sistema, basado en normas, en el multilateralismo tradicional y en la multipolaridad ha cambiado y, con ello, nos encontramos transitando hacia un nuevo mundo que se caracteriza, según del ponente, por la política de la fuerza y no por la fuerza de la política. Ante esta situación, los Estados tienen que replantearse hacia dónde van y ser conscientes de las nuevas demandas del devenir del nuevo mundo, en el que España tiene que recuperar la lógica del poder y tomar una posición responsable de promoción de los valores nacionales y defender sus intereses; ligados también a esos valores. Dentro de este razonamiento, la seguridad y defensa son cruciales, de ahí a que sea conveniente que España incremente su gasto en defensa y, a su vez, priorice sus relaciones con la Unión Europea y la OTAN. Asimismo, es imperativo adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas de estos tiempos y dotarse de las nuevas capacidades estratégicas, espaciales y ofensivas, en las que entran en juego la inteligencia artificial, la robótica y la ciberseguridad, entre otros.

Por su parte, el GD D. Lucas Manuel Muñoz Bronchales señaló que la Alianza Atlántica, cimentada en el Tratado de Washington y basada en los principios de solidaridad y cohesión, ha sido capaz de hacer frente a los retos y desafíos más recientes que afectan a la seguridad colectiva. Asimismo, La OTAN ha sido un actor internacional clave a la hora de mantener y consolidar la paz. Sirve como ejemplo que durante los 40 años que duró la Guerra Fría, dónde la disuasión fue un factor determinante a fin evitar escaladas devastadoras con el otro polo. Tras la caida del Muro de Berlín y posteriormente el desmoronamiento de la Unión Soviética, la Alianza se enfrentó a un proceso de reformulación con el fin de desarrollar una nueva estratégica que responda a las crisis potenciales. A ello hay que sumarle la entrada como miembros de la Alianza de países de Europa del este, anteriormente vinculado al Pacto de Varsovia. A raíz de los atentados terroristas de septiembre de 2001 se produce un giro inesperado en la arquitectura internacional. Por otra parte, cabe destacar las cuatro cumbres más relevantes de la Alianza: la Cumbre de Lisboa en la que se produce un acercamiento con Rusia; la Cumbre de Gales, marcada por el suceso de Crimea, dónde se habla de la puesta en marcha del action plan, con nuevos componentes de disuasión y defensa; la Cumbre de Varsovia, dónde se pretende reforzar la seguridad tanto de los estados miembros como de los vecinos y finalmente, la Cumbre de Bruselas, en la que se vuelve a avanzar en materia de la disponibilidad de fuerzas. Así pues, tras la apatericien de nuevas amenazas de carácter transnacional e híbrido se hace imprescindible tanto cooperación como el diálogo.

Para concluir la primera mesa redónda intervino el periodista Emilio Andreu destacando que la sociedad actual dista mucho del periodo de posguerra en el cuál nació la OTAN; si bien priman idénticos valores cuya finalidad es evitar la guerra a través de herramientas como la disuasión. No obstante, Andreu señala que la política internacional sigue siendo un derbi entre la OTAN y Rusia, cuyos escenarios distan de los propios de la Guerra Fría´. Por otra parte, el ponente realizó algunas aportaciones desde una perspectiva del psicoanálisis haciendo referencia a Erich Fromm, argumentando que las guerras son consecuencias de la irracionalidad humana y de la ineficiencia con que se gestionan los asuntos globales por los líderes políticos. Así, se ponía de ejemplo las tres guerras que se sucedieron en un marco de tiempo de 70 años -idéntico período de vida al de la Alianza Atlántica- desde 1870 con la guerra franco-prusiana, siguiendo con la Gran Guerra y finalmente la Segunda Guerra Mundial; haciendo referencia a las pérdidas humanas y económicas como resultado de las mismas. Con todo ello, se demuestra la eficacia y los admirables réditos que la OTAN ha aportado a nuestra seguridad, que ha brindado paz desde 1949, sin negar algunos enfrentamientos de baja intensidad. Con todo ello, Emilio Andreu apostaba por la necesidad no sólo de adaptarse al medio y los nuevos contextos de seguridad sino reproducirse para evitar el fracaso. Así, el gran reto al que se enfrenta la organización es evitar convertirse en una organización estacionaria en un mundo dinámico y cambiante.

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Segunda Mesa Redonda: Europe as the backbone of NATO

El segundo panel, titulado Europe as the backbone of NATO, estuvo moderada por el Coronel D. José Luis Calvo, Director de la División de Coordinación y Estudio de Seguridad y Defensa del Ministerio de Defensa. La mesa contó con las participación de D. Bogusław Winid, Ex Representante Permanente de la República de Polonia ante la OTAN y las Naciones Unidas y Asesor del Presidente de la República de Polonia para Política Exterior y Seguridad Nacional, Dña. Sofia-Maria Satanakis, Investigadora del Instituto Austriaco para Europa y Política de seguridad (AIES) e investigadora asociada en el Consejo Europeo en Relaciones Exteriores (ECFR), y por último, D. Felix Arteaga, Analista Principal en el Real Instituto Elcano.

Para comenzar, Boguslaw Winid subrayaba la importancia de las relaciones entre Polonia y España a la hora de analizar la política de seguridad. Ambos países han tenido y mantienen actualmente experiencias y proyectos comunes como los esfuerzos en Irak, Afganistán, Lituania o la presencia de tropas españolas desplegadas en Polonia y viceversa, entre otros. En este sentido, destacaba la estrecha cooperación entre ambos países en cuanto a la aviación, siendo Polonia el mayor comprador de aeronaves, que tiene a España como un claro ejemplo de modernización. Por otra parte, el ponente explicaba que la OTAN que conocemos ahora mismo, no es la misma que nacía en 1949, sino que esta ha evolucionado – en cuanto a estructura, números de países, comandos militares, etc.-, siempre fiel a sus principios de origen. Ante los nuevos retos de seguridad, Winid subraya la importancia de desarrollar un pensamiento estratégico de cara al futuro sobre la defensa para prosperar, especialmente, en términos de disuasión. Con todo ello, es de vital importancia fortalecer las relaciones con la Unión Europa en la que Polonia, como miembro de PESCO, participa en ocho proyectos conjuntos además de llevar a cabo una cooperación bilateral de la mano de Estados Unidos en materia de defensa. Por último, el ponente destacaba la importancia de la modernización tecnológica y del desarrollo de las capacidades militares, haciendo hincapié en la inversión en la defensa y la consecución del 2% del gasto en defensa de los países miembros de la OTAN.

Por su parte, Sofia-Maria Satanakis, identificaba tres escenarios que podrían darse en un futuro. Por un lado, un escenario de continuidad substancial, que es el que más se identifica con el contexto actual en el que con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la comunidad tendrá que hacer frente a nuevos retos, entre los que se incluyen la integración de nuevos temas de seguridad y defensa, reforzando PESCO aunque ello no estará exento de riesgos. El compromiso de los países de la OTAN seguirá en auge, así pues algunos de sus estados miembros habrán alcanzado ese 2%, mientras que será un hecho todavía inalcanzable para otros muchos. Las consecuencias serán parcialmente positivas, en tanto que no van a ver cambios radicales en el curso de la economía. No obstante, nos encontramos estancados en un punto que no parece tener un proyecto de construcción común de algo mejor para el futuro. En el siguiente escenario de cambio positivo y radical, que encarna una perspectiva más optimista, el Reino Unido permanece en la Unión con grandes intereses en la cooperación en materia de defensa tanto con sus homólogos europeos como con la organización atlántica. Al mismo tiempo, la Unión Europa estará firmemente comprometida y por ende, invertirá más en la defensa. Por su parte, Estados Unidos, junto a sus aliados europeos en la OTAN, desempeñarán un fuerte cometido de cohesión y fortaleza en el seno de la misma. Por último, el último enfoque considerado como un cambio negativo y radical vaticina un futuro más incierto y confuso, un escenario en el que el compromiso de Estados Unidos con sus aliados de la OTAN se verá muy dañado, quedando la Unión Europea desamparada en gran parte, en materia de seguridad y defensa. Todo ello conllevará a más desacuerdos y divergencias en el seno de la Unión Europa que se verá obligada a establecer su propio liderazgo. También el foco de proyección norteamericano se balancea hacia Asia, donde desarrollará relaciones favorables con Rusia a lo que se sume el auge imparable de los partidos iliberales a lo largo de Europa lo cual conllevará a la decadencia de la democracias actuales.

Por último, Félix Arteaga ilustraba a cerca del panorama actual, basado durante mucho tiempo en valores e identidades comunes y que ahora nos encontramos en un contexto en el que se abre paso a otro tipo de valores, principios y prioridades que cuestionan las bases de nuestro sistema. Un sistema tan sólido y fuerte en el que los pilares que vertebran el sistema están comenzando a desmoronarse tanto en el seno de la OTAN como la Unión Europa, organizaciones en las que nuestra identidad conjunta se ve reflejada. Se han puesto en marcha muchas iniciativas diferentes como la pasada Cumbre de Gales de la OTAN en 2014, con las que queda patente su capacidad de respuestas más preparadas y fuertes ante los nuevos tiempos y escenarios que traen consigo nuevos retos y riesgos. Además, el epicentro geopolítico ya no se encuentra en lo que consideramos Occidente sino que se ha trasladado a la región asiática, lo cual supone grandes desafíos en la Alianza, que tendrá que definir una nueva hoja de ruta que establezca su papel en el área Pacífico donde se encuentra el gigante chino. La importancia de una efectiva capacidad de adaptación de la OTAN es clave de cara a los nuevos riesgos emergentes y fuerzas disruptivas, sobre todo aquellas fuerzas tecnológicas que están dividiendo a gran escala el mundo y en una dimensión menor, a las alianzas y organizaciones multilaterales. Por ello, es importante invertir en las nuevas tecnologías como métodos de defensa acordes a los nuevo tiempos modernos que se avecinan.

Para clausurar el seminario, acompañando a D. Vicente Garrido, se contó con la intervención de Dña. Carmen Romero, Vicesecretaria General Adjunta de Diplomacia Pública de la OTAN. La ponente analizó los logros y avances que se han logrado en los 70 años de vida de la Alianza Atlántica y su nueva proyección en materia de seguridad ante los nuevos desafíos. La OTAN, como organización político-militar, se visualiza como la alianza más fuerte de la historia ya que ha sido capaz de crear un ambiente de estabilidad, paz y prosperidad sin precedentes, siempre capaz de adaptarse a los diferentes entornos de seguridad. La OTAN ha asumido el liderazgo en momentos clave como la disuasión a la URSS en tiempos de Guerra Fría, tomó protagonismo en los Balcanes Occidentales y con los atentados del 11 de septiembre en Afganistán, cuando por primera se invocaba el Artículo 5 del Tratado de Washington de seguridad colectiva. Pese a la fortaleza de la alianza, esta se enfrenta a retos tanto internos como externos. Así, el equilibrio del poder estratégico está alterándose, un hecho a considerar con la irrupción de China que se ha convertido en el segundo mayor presupuesto a nivel mundial de defensa después de Estados Unidos. Asimismo, los valores de la democracia tradicional, las libertades y derechos están siendo cuestionados en parte también por el ascenso de China y el protagonismo de otros actores como Rusia. Por otro lado, la proliferación de armas de destrucción masiva por potencias nucleares como Irán y Corea del Norte o el desafío al régimen de control de armamento son cuestiones muy desestabilizadoras. El auge de las nuevas tecnologías si bien presenta grandes ventajas de cara a la nueva era tecnológica, su incesante y continua evolución obliga a las alianzas y organizaciones como la OTAN a adaptarse rápidamente a ello. En resumen, la OTAN debe impulsar los cambios y transformaciones necesarias de cara a los nuevos escenarios de seguridad tanto a nivel internacional como de los propios Estados; sirviendo como foro entre sus socios para debatir los nuevos retos, y por otro, porque sin duda será capaz de erigirse como una alianza moderna y avanzada la nueva rea era tecnológica, siempre persiguiendo esos objetivos de paz y prosperidad en el mundo.

Nereida Pérez
INCIPE

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