Conflictos y agentes de inestabilidad en el Sahel Occidental


El pasado 20 de junio, bajo el título Conflictos y agentes de inestabilidad en el Sahel occidental, INCIPE organizó un Seminario cuya inauguración corrió a cargo de Vicente Garrido, Director de la Fundación INCIPE y de Elena Gómez Castro, Directora General de Política de Defensa (DIGENPOL). Ambos ponentes destacaron la importancia del Sahel para nuestro país, al mismo tiempo que destacaron la involucración del ejército español en las labores de formación de los militares sahelianos, las iniciativas africanas para solucionar problemas africanos, así como que las intervenciones militares no son la solución, sino el primer paso para soluciones políticas.

En la primera mesa, con el título El escenario político y geoestratégico del Sahel: retos y desafíos intervinieron Jennifer Nyberg, Jefa de la Oficina en Madrid del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Manuel Torres Soriano, Profesor en la Universidad Pablo de Olavide y experto en yihadismo, y Francisco Espinosa, General de División de la Guardia Civil y jefe del Proyecto GAR-SI Sahel que forma a los futuros gendarmes de los países de la franja saheliana.

Nyberg destacó el hambre, la pobreza y la competición por los recursos como los tres principales problemas humanitarios del Sahel, a los que se suman el analfabetismo y el terrorismo. Así, Nyberg también señaló que hay seis millones de personas con una necesidad inmediata de alimentos en el Sahel (50% más que el año pasado) y que el hambre conduce inevitablmente al conflicto. La respuesta que plantea el PMA es preposicionar los alimentos para distribuirlos con rapidez y fomentar la resiliencia de las poblaciones sahelianas. Además, explicó que si la situación sigue así, un flujo masivo de migrantes hacia Europa es inevitable.

Manuel Torres Soriano definió las características principales de los grupos terroristas, que concretó en el deseo inmediato de implantar la sharia, hacer ostentación de su radicalidad y la beligerancia contra los países vecinos, unas circunstancias que se concitan en el Sahel; un espacio donde ahora la miríada de grupos terroristas debe enfrentarse a un dilema: elegir el control del territorio (al estilo del Estado Islámico en Siria e Irak) o la seguridad de sus redes (como Al Qaeda).

El General de División Espinosa describió el proyecto de formación de los cuerpos gendármicos en el Sahel como un éxito, teniendo en cuenta que es un proyecto de matriz española en una zona francófona. La iniciativa, presente en Senegal, Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Chad forma a los gendarmes locales en funciones de policía de proximidad, lucha contra el terrorismo y vigilancia de fronteras aprovechando la experiencia de la Guardia Civil en estos menesteres. Sin embargo, el avance en la formación varía en función del país. Así, en Mauritania la unidad adiestrada por el G5 está completamente entrenada y ya realiza misiones, como el control de la seguridad en la cumbra de la Unión Africana que se celebrará en este Estado. Pero, sin embargo, en Chad el proyecto se ha parado debido a los problemas políticos por los que atraviesa el país.

La segunda mesa redonda, bautizada como El Sahel, la frontera avanzada de la UE: implicaciones para España estuvo moderada por Francisco Javier Casas, Director de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa y en ella participaron Antonio Torres-Dulce, Embajador en Misión Especial para el Sahel, Alfonso García-Vaquero, asesor de la Secretaría General de Política de Defensa y exjefe de la Misión de entrenamiento de la UE en Malí (EUTM Malí) y Carlos Echeverría, profesor de Relaciones Internacionales en la UNED y expero en yihadismo.

Este último explicó que el terrorismo en el Sahel no es un fenómeno nuevo sino que hunde sus raíces en el radicalismo islámico argelino. Sin embargo, desde 2011, tras el derrumbe de Libia y la posterior crisis en Malí, está amenaza ha entrado en una dimensión nueva que representa un mayor riesgo para España (las agencias de comunicación de los grupos terroristas llevan nombres que recuerdan la presencia islámica en la península ibérica). Además, han surgido nuevos grupos terroristas, tales como Ansarul al islam en Burkina Faso, el Estado Islámico en el Gran Sáhara, responsable de la muerte de cuatro soldados estadounidenses en una emboscada en Níger y una escisión de Boko Haram rebautizada como Estado islámico en África occidental. La población de los países sahelianos ve como unirse a estos grupos terroristas les ofrece un futuro y, por ello, el Profesor Echeverría estima que la amenaza en el Sahel, perdurará.

Por su parte, el Embajador Torres-Dulce destacó que el Sahel es una zona muy poco conocida para la opinión pública española y destacó que España es el único país de la Unión Europa vecino de África, por lo que el conocimiento de España sobre la zona obliga al país a jugar un papel protagonista en esta turbulenta región. Para lograr mejorar la situación de los países y sus habitantes, Torres-Dulce estima que hay que adoptar un enfoque global amplio y tener en cuenta el indiscutible vínculo entre seguridad y desarrollo. Para el diplomático, el ejemplo de lo que hay que hacer es Mauritania, un país con el que España mantiene una profunda cooperación desde 2005. La presencia española en el Sahel está aumentando y, por eso, además de las actuales Embajadas en Nuakchott, Bamako y Niamey, se abrirán antenas en el resto de países de la franja saheliana. El Embajador subrayó, asimismo, que los países del Sahel crecen tanto en lo económico como en lo demográfico y tienen una necesidad acuciante de infraestructuras, cuya financiación debe partir del Fondo Fiduciario de la Unión Europea.

De la misma manera, Torres-Dulce señaló que el origen del radicalismo religioso no debe mezclarse con la religión islámica, sino con una interpretación rigorista del mismo, que presiona a los habitantes de estos países, cuya visión de la religión mahometana es mucho más tolerante. EL Embajador cerró su intervención afirmando que cada vez existe una mayor conciencia de que la zona del Sahel debe ser de interés prioritario para la UE.

El General de Brigada García-Vaquero detalló una larga lista de problemas comunes a los Estados sahelianos (pobreza, áreas desérticas, explosión demográfica, corrupción, movimientos secesionistas, conflictos comunales y fronteras inexistentes) que complican la ya de por sí débil situación de estos países. García Vaquero resumió las misiones de la Unión Europea de formación a las fuerzas militares malienses, así como el resto de misiones (MINUSMA, Fuerza Conjunta del G5 Sahel) y destacó la importancia de favorecer las políticas locales, respetando el principio de apropiación, así como la necesidad de comprender y respetar la cultura de los países del Sahel para lograr soluciones estables y duraderas.

El encuentro fue clausurado por el General de División José Luis Figuero, Director del Gabinete técnico del SEGENPOL que mencionó la necesidad de buscar soluciones africanas a problemas africanos con la cooperación y la inversión –que no intervención- de Europa y España en el Sahel .

Pablo Blanco
INCIPE

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