NATO’s 360 Degrees Approach
INCIPE celebró el 7 de abril un Desayuno de Trabajo bajo el título NATO’s 360 Degrees Approach. Para este encuentro se contó con la presencia de D. Richard Perks, Director de Política de Defensa y Capacidades en la División de Defensa y Planificación de la OTAN.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) nace en 1949 como una alianza política y militar cuyo objetivo inicial era el de defender a Europa de la influencia Soviética. La inclusión de los Estados Unidos en esta Alianza significaría la implicación permanente del país en los asuntos europeos. Con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, las prioridades han ido evolucionando, basándose hoy en día de la defensa colectiva, la gestión de posibles crisis y la seguridad cooperativa. Debido a su influencia política y militar, la OTAN ocupa un papel vital en el mundo contemporáneo caracterizado por inestabilidad, inseguridad, y las guerras híbridas donde los Estados combinan varias tácticas para promover sus metas, muchas veces en clave geopolítica.
La globalización ha provocado una interdependencia global donde el concepto de seguridad ha variado. Continuando con la idea tradicional donde el enemigo solía ser un estado, la OTAN sigue centrándose en Rusia, que utiliza métodos híbridos no-convencionales para expandir su influencia. Actualmente, Rusia demuestra su importancia en la esfera internacional con su presencia en el conflicto de Siria. Por otro lado, la situación en el Sur pone en relieve los principales riesgos para la seguridad, donde grupos estatales y no-estatales amenazan y ocupan varios estados en el Oriente Medio, el norte de África, y la región del Sahel, principalmente el grupo terrorista Daesh.
Mientras que la OTAN tiene relativamente claro su estrategia para tratar con actores estatales, a través de la disuasión y el diálogo, no ocurre lo mismo frente a los actores no estatales. Por esta razón, las estrategias desempeñadas por la OTAN tendrán que evolucionar para poder adaptarse a estas amenazas, y la Organización deberá llevar a cabo adaptaciones políticas, institucionales y militares.
Consecuentemente, la estrategia de 360 grados de la OTAN, ya sea geográficamente o estratégicamente, permite que la organización examine el mundo y sus problemas en su totalidad; abarca todos los factores de la escena mundial y permite que se trate con multidimensionalidad los problemas contemporáneo. Específicamente se enfoca en la protección de la estabilidad, la adaptación militar, y la disuasión de actores no-estatales. Esta estrategia combina fuerzas políticas y militares en los sectores considerados más prioritarios, juntos llamados el espectro DIMEFIL: diplomacia, información, militar, economía, fiscal, inteligencia, y ejecución de la ley.
A pesar de que todos los aspectos del espectro DIMEFIL son necesarios, la fuerza militar es clave para llevar a cabo las nuevas estrategias de la OTAN. Los factores de planificación militar consisten de tiempo, espacio, y fuerza. En este contexto, tiempo se refiere al orden en que la organización se dirija a conflictos; por ejemplo, ¿deberían actuar contra las amenazas más inminentes, aunque es posible que haya más grandes en el futuro? Esto puede causar desacuerdos, porque la inminencia de cada amenaza depende del estado que la percibe. El espacio y fuerza señalan que la OTAN quiere tener fuerzas militares preparadas para luchar contra cualquier amenaza desde cualquier dirección.
Para llevar a cabo estas nuevas estrategias y enfoques, la OTAN formó el Readiness Action Plan (RAP), basado en tres pilares: preparar, disuadir y defender. Además, como parte del RAP, formaron el Very High Readiness Joint Task Force. Esta división tiene como objetivo tomar decisiones y actuar frente a conflictos de una manera apropiada pero rápida para que sus acciones sean más eficaces y tengan mejores resultados.
La OTAN pretende enfocarse en la disuasión y en la defensa en el largo plazo. Sus planes solo serán efectivos si la Organización reestablece su credibilidad, mostrando que realmente puede actuar de acuerdo con sus planes y en una manera rápida, como acentúa en sus iniciativas.
El Desayuno de Trabajo contó con la presencia de miembros de diversos sectores entre los que destacan representantes de diversas Embajadas, militares y analistas de Relaciones Internacionales. Para finalizar el encuentro se dio paso a un turno de intervenciones entre los asistentes donde se pusieron de relieve distintas perspectivas, sobre todo a nivel de los retos de la alianza.
María Peurach
INCIPE