Panorama político actual en Oriente Medio
El 24 de junio de 2013 Eduardo López Busquets, director de Casa Árabe, participó como ponente invitado en el Desayuno de Trabajo organizado por INCIPE con el título “Panorama político actual de Oriente Medio”. En él se esbozaron las grandes líneas del cambio experimentado en la región desde el denominado “despertar árabe”, iniciado hace ya más de dos años. La reconfiguración de las entidades estatales surgidas en la primera mitad del siglo XX es la consecuencia más problemática para Oriente Medio. En ese sentido, la salida del conflicto sirio podría ser paradigmática.
En Siria confluyen elementos que se repiten en toda la región, como la importancia política de las minorías étnicas y el control de las instituciones por un régimen, el alauí, que no representa a la mayoría de la población, pero que tampoco está respaldado exclusivamente por esa minoría: la alianza de Assad con la burguesía suní es una cuestión clave a menudo olvidada en los análisis. Además, las intervenciones de estados periféricos como Irán y Arabia Saudí, en defensa de intereses geoestratégicos, conduce a muchos a vaticinar un nuevo reparto territorial del poder político en Siria.
En ese sentido se están cuestionando viejos paradigmas como los acuerdos Syke‐Picot, lo que supondría la revisión de las fronteras actuales. Siria será el detonador en la conformación, o no, de estos nuevos mapas.
Otros elementos transformadores de la región son la llegada del Islam político y la denominada “demografía conflictiva”. El Islam político ha venido de la mano de las denominadas “primaveras árabes”. Prueba de ello son las victorias de los Hermanos Musulmanes en Egipto, Ennahada en Túnez o el Partido Justicia y Desarrollo en Marruecos. Algunos de estos países se encuentran en plena transición, entendido este proceso como una situación en la que no están establecidas las líneas de futuro. La gran cuestión es, por tanto, la de saber si el acceso a las instituciones políticas conducirá a un mayor radicalismo de estos movimientos o a una aceptació del juego político en todas sus dimensiones. Una cuestión de difícil respuesta si atendemos a otros factores decisivos en Oriente próximo como su “demografía conflictiva”, con un 60% de la población con menos de 25 años y en plena búsqueda identitaria.
De hecho, desde el estallido revolucionario en Túnez a finales de 2010, el sectarismo se ha incrementado favoreciendo el establecimiento de dos ejes geopolíticos, uno suní que se extendería de Túnez a Turquía, pasando por Catar (potencia emergente en la región frente a la tradicional hegemonía saudí), y otro chií de Irán a Pakistán, incluyendo Líbano. En ese sentido,
una de las claves de los análisis que se están realizando sobre la región es interpretar los acontecimientos políticos y socials de los últimos años en Oriente Medio como resultado de esta tensión geopolítica entre los dos ejes o, por el contrario, defender que las cuestiones geopolíticas acompañan a dichas tensiones, de carácter político y social, ya existentes.
En el debate que siguió a la ponencia se abordaron cuestiones como la posición de Irán, país atravesado por las mismas fallas tectónicas de la región, con un peso importante de las minorías; el papel de Estados Unidos y Rusia; y la posición española en la misión de la ONU en Líbano (FINUL), entre otros muchos temas.
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